Hoy cumples 3 años y de ellos 2 años y dos meses junto a mi. Cuando tenias diez meses, la familia que “te compró” dejo de quererte. Fuiste el regalo de reyes de un niño y te convirtieron en un juguete roto.
Aún recuerdo cuando te recogí a más de 100 kms de casa. A la llegada, fuimos a integrarte con más perros para ver cómo te relacionabas... sencillamente no sabias, tenias miedo, inseguridad... peeeeeeero.... en tan solo 3 horas, noté que no te separabas de mi... fue en ese momento cuando me enamoraste para siempre.
Te llamabas Masha (como la muñeca), y quise que empezaras de cero en todo. Te cambie el nombre a Sasha, para que adquirieses una nueva identidad (aunque para mi eres Sash 😅)
Casi 6 meses de mucho trabajo, finalmente dio sus frutos. Te rehabilitaste de tus miedos, de tus inseguridades, empezaste a gestionar las emociones y tu autocontrol... por supuesto gracias a la colaboración de Urko.
Curiosamente, nunca rompiste ni mordiste nada en casa... sin embargo “el humano” que te compró y luego te regaló, hablaba de todo lo que habías roto, (lo que no sabía ese humano es que la culpa era suya por comprar un perro con sangre de trabajo y tenerte encerrada en un patio durante 10 meses sin conocer el mundo, la vida... sin relacionarte, sin dejarte ser perro).
Jamás nunca entrenamos la llamada, siempre pendiente a mi, solo con mencionar tu nombre, no necesitaba el comando para que acudieses...
Aprendiste a usar la nariz, que no sabias que la tenías y eras todo ojos...
Hoy día, trabajas conmigo, ayudando a otros perros a ser equilibrados y a aprender a relacionarse. Eres una puta makina gorda.
Para mi los tres sois especiales (Urko, Chloe y tú), pero nuestra conexión está mucho más allá que el resto del mundo. Esa forma de mirarme, de entenderme... ese vínculo inquebrantable... (como dicen los que te conocen; solo te falta hablar)
Urko y Chloe, tuvieron la suerte de entrar en mi vida con 60 y 80 días. Tuvieron su programa de cachorro, no conocieron el desprecio humano, el mal manejo... fueron perros felices desde que nacieron, sin embargo tu, tuviste que desaprender y comenzar de nuevo.
Te quiero gorda, eres parte de mi y yo de ti. Eres tan especial para mi, que no puedo describirlo con palabras.
Gracias por haber llegado a mi vida, gracias por ser mi compañera, por brindarme cada día miles de miradas cómplices. Te queda toda una vida por delante para disfrutar conmigo y el resto de la manada, lejos de ese verdugo que te rompió, pero aquí estaré yo siempre a tu lado para protegerte del mundo y hacerte sentir la Perra más feliz del universo.
TE QUIERO SASHA, te quiero gorda.