Ayer finalizábamos la semana con un paso de gigante en la rehabilitación de Enzo.
Este perro es reactivo y cuando entra en “modo morder”, si se le corrige, redirige la mordida a quien le esté sujetando la correa, habiendo llegado a marcar a su propietaria en varias ocasiones.
Sus paseos eran insoportables, tirones de correa constante y reactividad por un tubo. Tras evaluarlo, concluí: impronta, estrés, ansiedad, antropomorfismo y quizás un pequeño toque genético.
Puestos a diseñar su plan de trabajo; instauramos pautas, normas de convivencia y ejercicios para liberar su mente.
En apenas un mes; con 3 sesiones individuales y 3 sesiones grupales, Enzo comienza a sacar el buen perro que lleva dentro.
Ayer, tras finalizar la obediencia grupal, pasamos a socializar. De manera escalonada y gradual, conseguí soltar a Enzo con otros 10 perros eliminando incluso el bozal. Enzo disfrutó de comunicar, de jugar y de ser feliz sin parar de correr con toda la manada.
Fue un momento de esos que te marcan en la rehabilitación de un perro. Espectacular Enzo!.
Muchas gracias a su propietaria Manoli por confiar en mi trabajo. Ya nos queda muy poquito para dejar “fino” a Enzo