Sus propietarios pensaban que Micke tenía algún problema, y su único problema, es que siendo la raza que es, hay que darle vida a esa predisposición que tiene hacia el trabajo.
Micke presenta estrés y a ansiedad de no desgastar su mente. En esta sesión, solo ha necesitado 15 minutos para entender que tiene que andar al lado sin tirones; no hemos usado ningún tipo de adversivo, simplemente la energía, la conexión y la magia que nos ofrecen los perros.