Ayer estuvimos con Duque, propiedad de nuestro amigo Roberto, el cual vino a visitarnos desde Sevilla, para evaluar la conducta de este precioso pastor alemán.
Roberto está volcado con Duque. Cuando entró en su vida y en la de su familia, buscó un adiestrador para que le ayudase a que Duque fuese un perro equilibrado. Este “seńor” no hizo otra cosa que realizar malas prácticas (no vamos a entrar en detalles porque preferimos no calentarnos) e inducir a Duque a un estado aún peor.
Señores adiestradores; a ver cuando nos enteramos que cuando un perro necesita modificar su conducta, no se debe adiestrar en obediencia, ya que al no estar el perro plenamente equilibrado es un error garrafal que atenta contra el bienestar del animal. ¿De que nos vale que un perro se siente o se tumbe a la orden si tiene reacticidades y miedos que inducen a una falsa agresividad?. Más aún, cuando las formas y conceptos de adiestramiento utilizados, quedan muy lejos del vínculo y muy cerca de adversivos...
Nos hemos puesto manos a la obra con Duque y Roberto y vamos a intentar sacar toda la mierda que podamos de su cabeza, que se olvide del dańo que le han causado en su mente y que comience a socializar con humanos y otros perros. Duque se lo merece y Roberto también. Lastima haber caído en la garras de unos sacaperras que solo piensan en el negocio en vez de pensar en el bienestar del perro, buscando solo resultados rápidos a costa de la salud mental del animal.
Ayer se me partía el alma de ver a un perro bueno, noble y con una presencia majestuosa, lleno de miedos e inseguridades, un animal con derecho a ser feliz, al que le han exigido disciplina sin preocuparse de arreglar su mente y dejándolo más jodido aún. Hay que ser muy canalla para dedicarse a hacer negocio a costa de romper a un perro por la mitad.
La rehabilitación de duque voy a tomármela como algo personal, él se lo merece y Roberto también. Duque está muy vinculado a su propietario y a su familia, en su casa es el perro más feliz del mundo y yo personalmente, voy a pelear porque Duque encuentre también esa felicidad fuera de su zona de confort, que pueda ser perro, que encuentre su identidad, su equilibrio... que aprenda a relacionarse con otros perros y acepte a otro humanos...
Duque, Roberto, vamos a conseguirlo!!!