No hay nada en esta vida, que pueda superar las sensaciones que me producen los perros.
Perros que llegan destrozados de la cabeza, con problemas miles que no les dejan ser felices. Perros con los que me gano su confianza, para luego obtener una amistad y fidelidad de por vida; ellos son así.
Sois mi gasolina, mi droga y mi motor de vida. Sin vosotros, una gran parte de mi existir, no tendría ningún sentido. Sé que he nacido para ayudaros, esa es mi misión en la tierra y así moriré; cumpliendo con ello y sin faltar a mi destino.
Cada perro que pasa por mi vida, se queda grabado para siempre en mi mente y en mi corazón. Nunca olvidare a ninguno porque ellos son mis maestros, dispuestos a enseñarme cada día. De todos aprendo y de todos me nutro de conocimientos.
Muchísimas gracias a Raúl (fotografía Albero) por esta foto tan entrańable con Curro. Gracias amigo!