Durante esta semana su propietaria ya me había transmitido los grandes cambios de conducta que había dado la perra tanto en casa como en la calle.
Hoy me tocaba leerla. Y quien mejor que Urko para contarme todo sobre ella. Según me cuenta Urko, Kiara es una perra feliz, con equilibrio, noble, bruta y muy juguetona.
Me ha encantado la sesión. Kiara es una crack y sus propietarios han currado por derecho durante estos 7 días y eso se nota.
En tan solo una semana Kiara a dejado de tirar de la correa, de saltar a sus propietarios cuando llegan a casa, de exigir cuando quiere algo, de comunicarse mal con otros perros, aún así, había pasado ya por tres adiestradores que no lograron romper barreras psicológicas de Kiara.
Este es el claro ejemplo de cuándo un perro tiene un alto porcentaje de la raíz de su problema en sus propietarios, que queriendo hacer un bien, estaban confundiendo al animal desencadenando en conductas no apropiadas.
A un perro con estos problemas, no se le puede ayudar con obediencia. La obediencia es para perros equilibrados o que se construyen desde cachorros con un buen equilibrio a la que se induce con emociones.
Cuando el perro tiene barreras psicológicas hay que actuar sobre su mente. Los comportamientos son el desencadenante del equilibrio del perro, de sus confusiones de sus inquietudes de sus carencias o de sus fobias...
En Vivir en Manada buscamos la raíz del problema y tratamos la conducta desde ahí, para que estas desaparezcan sin dejar huellas traumáticas a nivel psicológico en el perro. Con conducta, no se solucionan estas cosas.
Recordad: “Las conductas son el desencadenante de algo que le ocurre a tu perro a nivel mental” y esto, no se arregla con obediencia. Se hace desde la psicología y con perros tutores con un alto equilibrio que ayuden a su congénere a romper sus barreras psicológicas.
Gracias a Cristina por confiar en Vivir en Manada la próxima semana a continuaremos afianzando la rehabilitación de esta American.
