Mordiendo las belfas de Duke!!!.
Cuando rehabilito a un perro de una conducta tremendamente jodida como la agresividad en “Nivel Dios”, se genera un vínculo inquebrantable, una conexión especial, un cruce de miradas únicas y noto como recibo un juramento de amor incondicional.
Ese sentimiento me lo transmite este perro, Duke. Un perro que genéticamente trae la agresividad grabada en su ADN por herencia y sangre.
Este Pit Bull ha pasado de ser un perro “Muy Peligroso” a “Muy Amoroso”. Duke es especial.
Cada semana nos vemos para entrenar y faltan muestras de AMOR por parte de Duke en todo momento. Le falta lengua para lamerme y patas para agarrarme.
Eres un Makina colega, hoy me has llevado a la gloria. Has hecho una sesión de socialización con 12 perros y te has comportado como un SEÑOR, trabajando en diferentes distancias y acercamientos. Llegando a soportar perros corriendo hacia ti.
No puedo dejar pasar este post sin felicitar a su propietaria Mónica por el esfuerzo, la constancia y perseverancia en todas las pautas y el control constante sobre su perro. Sin ella, Duke no estaría en la fase que se encuentra de su rehabilitación.
Enhorabuena a los dos y mil gracias Duke, colega por quererme tanto. Yo también te quiero tío!!!.